Una lectura complicada en sus inicios pero bastante atractiva y confrontadora con sus válidos y caóticos argumentos sobre la moral, el deseo de creación y sobre todo, la necesidad de pertenencia en algún ámbito social.
Con el impulso de llevar a cabo su proyecto, el creador olvida la moral y pasa por alto los resultados de su trabajo. Una vez logrado el objetivo, lo desprecia de tal manera y aborrece. Peor aún es, el hecho de que trata de ignorar su obra y seguir con su vida, hasta que la criatura le planta cara y debe afrontar las consecuencias de sus hechos.
La ira, odio, necesidad y deseo de venganza; enlazan a estas dos criaturas: Creador y creación, en un viaje sin retorno, del cuál solamente uno de los dos obtendrá la victoria, o ninguno.
Jessica.
“Me vengaré de mis sufrimientos; si no puedo inspirar amor, desencadenaré el miedo”.